jueves, 24 de marzo de 2016

De apuro – Héctor Ranea, Patricio G. Bazán & Sergio Gaut vel Hartman



Prepusio Dellapenna le arrebató la porción de torta a la joven princesa del salame chacarero, la señorita Deisi Barbagellatta, salió corriendo y se encerró en el baño químico que la municipalidad de Chancho Rengo había dispuesto para que los asistentes al recital de Sting pudieran hacer sus necesidades. Eran cuatro mil ochocientos diecinueve asistentes y un único baño químico.
—Lo perdono por el robo —dijo Deisi en representación de toda la comunidad chanchorrenguense—, pero salga de una vez.
—¡Jamás! ¡Me quedaré aquí hasta que Sting toque “Apurado y Confundido”!
—Pero… ¡eso no es de Sting!
—¡El del escenario, tampoco!
Cuatro mil ochocientas diecisiete cabezas giraron rápidamente para verlo: petiso, morocho, con peluca rubia y charango. Apremiado por las circunstancias, el intendente había contratado de urgencia a un impostor habida cuenta de lo oneroso que resultaba traer al verdadero. Para sacarlo del apuro, el Negro Troncoso —medio borracho y urgido gástricamente— emprendió una vertiginosa versión de “Roxanne”, cantada en un dialecto que Prepusio clasificó velozmente como uraloaltaico, y que la gente, incomprensiblemente, entendió, aunque a medias, como esa señora que al escuchar “no te pongas esa luz roja” entendió que había que meter una linterna entre las piernas y bailar iluminada por dentro mostrando su esqueleto. Y como la hicieron rabiar, ella y sus compinches atacaron a la concurrencia. Solo se salvó Prepusio, que sabía algo de The Police en turco y su tarareo convenció a los agresores. Chancho Rengo, desolado.


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