miércoles, 17 de febrero de 2016

La llave - Evelyn Cano, Carmen Rosa Signes Urrea & Sebastián Ariel Fontanarrosa


Dos vueltas en la llave y saldría disparada, huiría dejando atrás su pasado. La cerradura parecía resistirse así como sus pensamientos. Tras el primer giro los interrogantes de siempre: ¿habría desconectado la luz, el gas, el agua…? ¿Vaciado todos los cajones y limpiado hasta el último rincón? Ya casi estaba, giró de nuevo por última vez: ¿habría logrado disimular la mancha de sangre del colchón? ¿Ocultar perfectamente los miembros descuartizados de su cónyuge? ¿Borrar la sonrisa irónica de su torturador? Paso a paso, descarta impedimentos. Recorre en su memoria la preparación de la última cena. La puerta cerrada da al café que le estaba prohibido, junto al resto del mundo. Salir, servir los platos, hablar con un par de clientes. Cobrar (siempre hay que cobrar). ¿Qué más? Disimular. Esperar. Una noche más para borrar las huellas estrenando precaria libertad. Y la llave da el segundo giro. Don Tiburcio, en cuanto abandona la pieza travestido con esmero, (ocultando un fusil FAL) tras la barra como gesto de bienvenida esboza una enorme sonrisa cautivadora, carnosa carmesí de dientes albos y perfectos. Tiburcio Garayteche categóricamente podría haber sido el hermano gemelo de Marylin Monroe. El ex sargento ahora cocinero, y viudo flamante esperaba aceptación. Contrariamente, si la clientela allí presente se lo tomaba a gracia… correría sangre.
El milagro fue breve, cuando apenas pasado el mediodía la bruta carcajada del comisario fue la llave que abrió la puerta de la tremenda masacre. 

Acerca de los autores:
Evelyn Cano

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