Ángeles, la novia de Diatchenko, presentó una denuncia ante
el Juez acusando a este de haber cometido un crimen mientras ella estaba de
vacaciones. Su relación sentimental terminó hace meses, pero Diatchenko se negó
a abandonar la casa que compartían. De acuerdo a lo que consta en actas Ángeles
lo acusa de crueldad animal y amenazas. A saber: que él mató y luego despellejó
a la mascota, la coció lentamente y se comió la mitad. Sacó fotos de todo el
proceso y se las mostró al juez. Este las miró horrorizado, en ellas se veía la
atrocidad; desde que el pobre animalito yacía muerto en el suelo manchado de
sangre hasta que no se le podía distinguir de un pedazo de ternera; pero no se
veía a nadie, y por lo que salía en la imagen, bien podía haber sido
cualquiera. Entonces entró Diatchenko, acusándola a ella de la atrocidad. Las
fuerzas de la ley los miraron a ambos; era la palabra de uno contra el otro. El
juez aceptó las pruebas presentadas por Ángeles, su coartada era más
convincente. Ella había estado a cientos de kilómetros mientras Diatchenko se
encontraba en el lugar, de acuerdo a testigos presenciales. Diatchenko, nunca
aceptó la culpabilidad. Sabía que el error había sido conocerla, que si hubiera
sabido que era celosa, no la hubiera hecho su novia. No la hubiera engañado de
saber que se comería al perro y que lo obligaría a sacarle fotos mientras lo
devoraba.
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