jueves, 16 de julio de 2015

Anónimo - Claudia Isabel Lonfat Cristina Chiesa & Laura Olivera


La nota estaba mezclada entre las facturas de luz, gas, y teléfono. En una hoja A4, con letras de revistas prolijamente recortadas y pegadas, decía: “Si no me deja diez mil pesos en billetes de a cien, nunca más volverá a ver a su gata. Estaré en contacto. Un vecino”
Susana salió corriendo para buscar a Nina por todos los lugares donde suele dormir o retozar al sol. No estaba. Y lo que en principio creyó como una posible broma, fue convirtiéndose en algo definitivo y real. Devastada, se sentó a llorar en la cocina; era imposible que alguien como ella consiguiera semejante monto de dinero. Recordó a Nina, sus ronroneos matinales, los ojitos amorosos. La idea de no volver a verla le comprimió el estómago; por un momento creyó que iba a desmayarse. Justo entonces sonó el timbre. Salió y no vio a nadie, pero en el suelo había un sobre. Se apuró a romperlo y leer el contenido.
“A las 10 en la esquina de la panadería”, decía.
Pero, ¿qué significaba esto? Tenía miedo. No obstante decidió ir. Llevaría el cuchillo escondido en un sueter, por las dudas.
En la oscuridad vio una silueta, se acercó y un rostro joven y afable, le sonrió. Le extendió un bulto, ¡era Nina!
Entonces, el rostro amable le dijo:
—Era la única forma de hacerte venir, hace 6 meses que quiero acercarme a vos y no sé cómo. ¿Querés salir conmigo?

Acerca de las autoras:
Cristina Chiesa

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